
Como inmigrante multirracial y la primera en mi familia en graduarme de la universidad, experimenté una batalla cuesta arriba para alcanzar el “sueño americano”. Mis padres entendieron que enviarme a California para una educación superior sería invaluable.
A mi padre le estaré eternamente agradecida por sus sabios consejos: “gastar menos de lo que ganas y ahorrar para los casos de emergencia”. A la corta edad de 26 años, alcancé cuatro logros importantes: me gradué en Administración de Negocios, conseguí trabajo como administradora, encontré a mi alma gemela, nos casamos y compramos nuestra primera casa. Construir riqueza se convirtió en nuestro lema; después de todo, teníamos que enorgullecer a nuestros padres, una tradición latina muy conocida.

Años más tarde, cuando mi padre falleció, mi madre se quedó a cargo de la administración de su patrimonio. Ella se sintió abrumada y frustrada por no haberle insistido a mi padre en tomar decisiones financieras juntos. A medida que mi madre adquiría más conocimientos, su confianza crecía. Me emocioné tanto cuando ella comprendió que como viuda en este país necesitaba un plan basado en su salud y estilo de vida. Desde entonces, me dediqué a ayudar a las mujeres que están experimentando eventos críticos de transición como viudez, divorcio, segundas nupcias, y cambios de carreras. Ellas necesitan consejo profesional para seguir acumulando riquezas y disfrutar del estilo de vida que se merecen.
Cuando a mi hijo mayor Adrian de nueve años, le diagnosticaron autismo dejé de trabajar. Mi esposo y yo nos propusimos proveerle todas las terapias disponibles para que el desarrolle su potencial intelectual y emocional. La crisis de mi madre me empujó a reincorporarme al mercado laboral. Mi deseo de ayudar a las familias a planificar su futuro me impulsó a obtener la codiciada designación profesional de CERTIFIED FINANCIAL PLANNER™.
He sido testigo de los tres factores principales que han afectado el bienestar financiero de las mujeres. Las mujeres sobreviven a los hombres (mi abuela murió a los 100 años), la maternidad a menudo conduce a interrupciones en la carrera (mi pausa de nueve años) y las mujeres enfrentan una brecha salarial de género (cuando me reintegré a la fuerza laboral mi salario era menor que mi primer trabajo).
Mis experiencias y perspicacia empresarial alimentan la misión de poner más dinero en manos de mujeres de color. Junto con mi esposo Gerardo, hemos criado tres hijos en Woodland Hills, CA. Como familia nos fascina viajar, hacer caminatas y probar nuevas actividades al aire libre. Soy una devota yogui, me encanta cocinar con mi hija Mel y jugar con Brownie, mi compañera peluda de 14 años.
¡Por tu éxito!